Cuando tienes una enfermedad como la que yo tengo, que es un trastorno de la conducta alimentaria, después de atacar a todas tus vías de escape y cortarlas pasan muchas cosas. Empezaré mi historia desde el principio.
Un trastorno de la conducta alimentaria no es algo que comience de un día para otro, son un cúmulo de cosas que se van haciendo una bola hasta que te das cuenta que estás sumergido en ella. En el mejor de los casos tu familia puede descubrir que está pasando pues han escuchado hablar de la bulimia o de la anorexia, y puede pillarse sin que haya pasado mucho tiempo, y entonces al pedir ayuda es relativamente más sencillo porque realmente no ha pasado tanto tiempo.
Pero que pasa en los casos que no se conocen los trastornos tanto como la bulimia o la anorexia, como son los trastornos por atracón, la ortorexia...Esos casos como los casos en los que nadie se da cuenta que la persona está sufriendo anorexia o bulimia, son los peores, porque nadie sabe qué está pasando.
En mi caso tengo un trastorno por atracón, no sabía ni que eso existía hasta que mi madre lo leyó en la web de la clínica donde ahora me ayudan Adalmed. Simplemente pensaba que no era normal, que comía cuando tenía ansiedad o cuando me daba la gana porque no era capaz de identificar que aquello era ansiedad en aquel momento. Pensaba que mi problema simplemente era eso que comía mucho, y que se pasaría con dejar de comer. Que inocente era, eso no era verdad.
Cuando llevas media vida dándote atracones y comiendo a deshoras no es tan fácil como dejar de comer. Hay algo dentro de ti que te impulsa a comer, diría que es una vocecita dentro de ti que te dice que lo hagas. Al principio os aseguro que lo intenté, pero no dure más que una semana, entonces pensé que si los controlaba y no me daba tantos atracones como antes no pasaría nada y nadie se enteraría. Pues va a ser que no, que volví a ser inocente.
Después de un año y medio liándola, y no haciendo lo que debía después de mucho decidí ponerme en serio, y cuesta como nunca me había costado nada. Tienes que controlar todos tus impulsos como nunca lo habías hecho, tienes mono, porque la comida es tu droga.
Cuando controlas eso no os penséis que es más fácil, porque entonces llega el momento en el que la mierda que tapaba antes la comida empieza a salir. En este punto está el ICEBERG, ese iceberg es por así decirlo es tu enfermedad la parte que está por fuera del agua, pero qué es la parte de debajo del agua. Pues ahora te toca averiguarlo.
Te llenas de miedo porque realmente no sabes que hay debajo, en mi caso no sé que hay, más allá de mis inseguridades a la hora de relacionarme con los chicos, la inseguridad a la hora de relacionarme con los amigos, el miedo al fracaso, y el tomarme un fallo con un gran fracaso no sé que más hay ahí. Y la gente te insiste en que hay algo que lo cubres, y entonces te frustras porque lo buscas pero no lo encuentras, qué puedes hacer en ese instante, nada sinceramente. Frustrarte no te lleva a ningún lado, pero ahora solo te queda pensar.
Y ahí estoy yo, estoy buscando lo que se encuentra debajo del mar que sostiene mi iceberg, a la vez que intento hacer malabares para soportar la ansiedad y no atracarme. No sé como lo consigo, me han cortado todas las vías de escape que tenía, ahora solo me queda llamar, apoyarme en la gente que está en mi camino para ayudarme, leer pero era una vía de escape y ya no me aísla como lo hacía antes al igual que las series, la comida para mí ya no es una opción porque sé cómo me hace ser y ya no quiero ser más esa persona.
Total que ahora ya no sé que debo hacer, más que apoyarme en la gente, y debo hacerlo aunque me cueste.
Y eso es todo lo que sé que hay de momento en mi Iceberg.