bienvenido

Si no sabes lo que el mundo te depara solamente quieres olvidarte de todo

sábado, 5 de mayo de 2018

Iceberg

Cuando tienes una enfermedad como la que yo tengo, que es un trastorno de la conducta alimentaria, después de atacar a todas tus vías de escape y cortarlas pasan muchas cosas. Empezaré mi historia desde el principio.

Un trastorno de la conducta alimentaria no es algo que comience de un día para otro, son un cúmulo de cosas que se van haciendo una bola hasta que te das cuenta que estás sumergido en ella. En el mejor de los casos tu familia puede descubrir que está pasando pues han escuchado hablar de la bulimia o de la anorexia, y puede pillarse sin que haya pasado mucho tiempo, y entonces al pedir ayuda es relativamente más sencillo porque realmente no ha pasado tanto tiempo.
Pero que pasa en los casos que no se conocen los trastornos tanto como la bulimia o la anorexia, como son los trastornos por atracón, la ortorexia...Esos casos como los casos en los que nadie se da cuenta que la persona está sufriendo anorexia o bulimia, son los peores, porque nadie sabe qué está pasando.

En mi caso tengo un trastorno por atracón, no sabía ni que eso existía hasta que mi madre lo leyó en la web de la clínica donde ahora me ayudan Adalmed. Simplemente pensaba que no era normal, que comía cuando tenía ansiedad o cuando me daba la gana porque no era capaz de identificar que aquello era ansiedad en aquel momento. Pensaba que mi problema simplemente era eso que comía mucho, y que se pasaría con dejar de comer. Que inocente era, eso no era verdad.

Cuando llevas media vida dándote atracones y comiendo a deshoras no es tan fácil como dejar de comer. Hay algo dentro de ti que te impulsa a comer, diría que es una vocecita dentro de ti que te dice que lo hagas. Al principio os aseguro que lo intenté, pero no dure más que una semana, entonces pensé que si los controlaba y no me daba tantos atracones como antes no pasaría nada y nadie se enteraría. Pues va a ser que no, que volví a ser inocente. 

Después de un año y medio liándola, y no haciendo lo que debía después de mucho decidí ponerme en serio, y cuesta como nunca me había costado nada. Tienes que controlar todos tus impulsos como nunca lo habías hecho, tienes mono, porque la comida es tu droga.

Cuando controlas eso no os penséis que es más fácil, porque entonces llega el momento en el que la mierda que tapaba antes la comida empieza a salir. En este punto está el ICEBERG, ese iceberg es por así decirlo es tu enfermedad la parte que está por fuera del agua, pero qué es la parte de debajo del agua. Pues ahora te toca averiguarlo.

Te llenas de miedo porque realmente no sabes que hay debajo, en mi caso no sé que hay, más allá de mis inseguridades a la hora de relacionarme con los chicos, la inseguridad a la hora de relacionarme con los amigos, el miedo al fracaso, y el tomarme un fallo con un gran fracaso no sé que más hay ahí. Y la gente te insiste en que hay algo que lo cubres, y entonces te frustras porque lo buscas pero no lo encuentras, qué puedes hacer en ese instante, nada sinceramente. Frustrarte no te lleva a ningún lado, pero ahora solo te queda pensar.

Y ahí estoy yo, estoy buscando lo que se encuentra debajo del mar que sostiene mi iceberg, a la vez que intento hacer malabares para soportar la ansiedad y no atracarme. No sé como lo consigo, me han cortado todas las vías de escape que tenía, ahora solo me queda llamar, apoyarme en la gente que está en mi camino para ayudarme, leer pero era una vía de escape y ya no me aísla como lo hacía antes al igual que las series, la comida para mí ya no es una opción porque sé cómo me hace ser y ya no quiero ser más esa persona.

Total que ahora ya no sé que debo hacer, más que apoyarme en la gente, y debo hacerlo aunque me cueste.

Y eso es todo lo que sé que hay de momento en mi Iceberg.

El chico con coraza pero con corazón de león

Cuando le conocí era ella o al menos eso pensaba yo. Con el tiempo no lo entendía, pero acabe comprendiendo que en realidad como ella se sentía era como un chico. Y por eso os hablaré ahora de él.

Él, era ese chico que cuando le ves tiene puesto una coraza de metal para que nadie se acerque, y te advierte con la mirada que tengas miedo con lo que haces si te acercas. No quise escucharle porque donde todo el mundo veía odio al mundo, yo pude atisbar un poco en el fondo, que lo que en realidad había era miedo, pero miedo a mostrarse como era. 
A quitarse esa coraza que le protegía del mundo, esa apariencia de todo lo que digas me resbala, pero si te acercabas descubrías que había mucho más. Había una persona que a pesar de ser tan joven había vivido mucho, había sufrido, había perdido, había sentido cosas que ni siquiera personas con muchos más años habían vivido.

Con miedo del mundo se enfrentaba a él, había sufrido abusos, había visto como le abandonaban, había tenido esa relación de la que sales hecho trozos y sin poder levantarte, y además había perdido a una de las personas más importantes de su vida. Se sentía culpable por muchas cosas, y por mucho que se lo explicaras no lo entendería, pero había algo en él que a pesar de todo hacía que siguiera dispuesto a levantarse.

Había perdido la capacidad de sentir, y se había obligado a sentir de las peores formas, hizo daño a su cuerpo, pero ya no importaba el físico, porque todas esas heridas realmente estaban en su alma, esa que él decía ser de Satán. 
Ahora luchaba, luchaba contra todo lo que le había pasado, contra todos los que le decían que no podría con ello, y además contra esa sensación de no ser suficiente nunca, de no quererse lo suficiente como para ser persona. 

Parece una historia triste, pero no lo es. Él debajo de todo ese sufrimiento cuando se abre te da todo, poco a poco eso sí, no pienses que una persona que ha sufrido tanto lo da todo de golpe. Cuando decide ser tu amigo, es esa persona en la que sabes que puedes confiar para muchas cosas o para todo realmente, esa persona que estará ahí para ti cuando estés mal y no sepas que hacer, a lo mejor no tiene un consejo pero te apoyará y te acompañará en el camino. 
Es esa persona que una vez que la conoces no quieres que se vaya de tu lado, por mucho que él se empeñe en dejar a todos de lado no funciona, porque hay personas que sabemos ver como es en realidad.
Él es ese chico con coraza, pero con un corazón de león. Porque los leones son valientes, no se rinden, y después de todo lo que ha pasado no se ha rendido, y sigue adelante.

No te rindas nunca, y si caes no te preocupes porque yo estaré para darte la mano y ayudarte a levantar. Saldremos de toda esta mierda juntos, porque solos no podemos y siempre necesitamos ayuda en el camino.

jueves, 26 de abril de 2018

Ella

ELLA.
Ella era esa persona que escribe en máquina de escribir, que disfruta con el simple placer de saber algo nuevo. Que intentó ser perfecta, ser la princesa de Disney que había visto en tantas películas o ser como esa barbie con la que jugaba. Pero se perdió lo más importante en ese camino a ser perfecta, se olvidó de ella, de que la felicidad no estaba en ser perfecta, porque ya era perfecta pero con cada una de sus imperfecciones.
Porque querer a alguien y querernos a nosotros mismos es vernos perfectos con todas nuestras imperfecciones, porque son esas las que nos hacen especiales, únicos, y diferentes al resto.
No intentes ser perfecta, ni igual que todo el mundo, porque tú eres tú. Y cada detalle que ves como un error o como algo a cambiar es lo que te hace especial, es lo que hace que la gente te quiera. Y es que si te olvidas de intentar lograr la perfección, verás en ti lo que te todos vemos, en los motivos que tenemos para quererte, para ser tus amigos, y para confiar en tí.
La perfección nunca nos llevo a nada, nos acabo destruyendo, nos dejo hechas de pedazos. Pensábamos que no era para tanto, hasta que abrimos los ojos y descubrimos todo lo que nos había hecho, lo que nosotras habíamos permitido que pasara, porque sí fuimos nosotras las que permitimos que eso sucediera, dejando al monstruo interno ganar y no enfrentándonos. 
Ahora es el momento adecuado para ello, para enfrentarnos a ese monstruo que nos destruyó, para no dejarle ganar más batallas, porque ahora somos fuertes, somos valientes, pero lo más importante no estamos solas en esta lucha.
Y esta lucha quizás sea la lucha de nuestra vida pero esta vez vamos a vencer.

jueves, 15 de marzo de 2018

Perdida 2

Estoy segura que ya hay una entrada en este blog que se llama así, de ahí el dos. 

Pero es que parece que me paso la vida perdida, sin encontrar mi lugar en ninguna parte pero lo que es peor sin encontrarlo en mí.

Quise ser perfecta, complementar lo que pensaba que tenía mal en mí con otras cosas como la inteligencia, admitiendo que podía ser de una u otra manera pero en el fondo la gente me querría porque era inteligente.

Pero buscando esa perfección me llene de imperfecciones, y cuando la alcancé estaba sola sin nadie que la viera, y es que era una perfección de cara al público cuando por dentro realmente había acabado rota en pedazos. Pedazos que no encajaban en ningún lugar, pedazos que realmente no sabía cómo habían llegado hasta allí.

Solo sabía que ahora tenía que reconstruirme, y pensé que era fácil solo eran las piezas de un puzzle que debía unir. Pero olvidaba algo, siempre se me dieron mal los rompecabezas, y este era uno muy grande y en el que faltaban piezas por encontrar que unieran las demás.

Faltaban las piezas en las que me había pasado horas inventando historias en mi cabeza y viendo como a lo largo de las semanas y meses se desarrollaban como si fueran real, un mundo en el que la perfección que buscaba fuera no existía ni por asomo pero a nadie le importaba. Faltaban también aquellos momentos en los que me había sentido como que nadie me quería más que mi familia, en los que mi mundo se tambaleaba por no asumir que había dejado que destrozaran mi autoestima y mi vida. Faltaban todos los momentos en los que lloré en silencio acurrucada entre las sábanas para que nadie me escuchara y no se preocupara por mí. Faltaban cada momento en el que pensé que ella era mejor que yo, que yo estaba defectuosa y por eso no me quería.

Pero luego había muchos otros momentos que si estaban ahí, cuando era feliz y sonreía solo por ir a un concierto o firma de Auryn, por pasar momentos con Miriam o Irene, aquellos eventos literarios que siempre me dieron la vida y que literalmente salvaron mi vida cuando pensaba que no servía para nada. Estaba aquel momento en el que se me cruzó por la cabeza que saltar por una ventana y desaparecer era una buena idea, pero en el que llegó un rayo de luz y me aclaró las dudas de que no lo era. 

Porque faltan esos momentos en los que mi "yo sano" era más fuerte que el enfermo, y pedía ayuda en silencio, dejando escritos a la vista de la gente que sabía que lo ayudarían.

Faltaban todos los momentos que desde que se desarmó el rompecabezas habían ido llegando como pequeñas piezas para alegrar mis días, aunque a veces sintiera odiarlo todo. Faltaban las risas y las ayudas de mis Estrellas, porque ellas siempre lo serán. Faltaba cada momento perdiéndonos por las calles de Madrid con Víctor y Álvaro. Faltaban viajes a Escocia a conocer la nueva vida de Celia, de la que yo formaba parte aunque fuera en la distancia. Faltaban todas esas personas que conocí por internet y que sin a penas conocerme me dieron un lugar donde abrirme y ser yo sin prejuicios, y que con el tiempo me apoyaron cuando estaba triste a pesar de no conocernos en persona, porque son la demostración de que la distancia no importa y no conocer en persona a alguien tampoco. Y faltaban ellas, las nuevas, las que acaban de llegar pero parece que poco a poco se forman un hueco en tu corazón para ser parte de este puzzle.
Pero sobretodo faltaba la gran pieza en la que me atreví a pedir ayuda, y no más fácil a aceptarla.

Y es que yo era mala en los rompecabezas, y lo seguiré siendo pero habrá alguien o muchas personas a mi lado que realmente son buenas en ellos y me ayudarán a encontrar la pieza perdida que falta para poder unir todas las piezas que han ido saliendo por el camino.

lunes, 12 de junio de 2017

A TI

A ti que siempre estás ahí, cuando nadie me escucha, cuando nadie me lee, cuando me siento sola, siempre estás ahí.

Por ello quería decirte gracias, gracias por leerme en silencio, gracias por estar cuando ni siquiera te busco, gracias por dedicarme un poquito de tu tiempo para saber de mi, pero sobre todo gracias por hacer que me sienta importante para mi.

Pero,  ¿sabes por qué es importante para mí? Porque contigo puedo sentir que puedo ser yo misma, que no importa nada de como sea exteriormente, que puedo llegar a quererme, que puedo ser fuerte, que no hace falta que juzgue a nadie para llegar a quererme. Porque tú me has demostrado que siendo yo puedo encontrar a gente como tú, un amigo que siempre estará ahí, un amigo al que al abrirle el corazón, alguien que siempre me dará ánimos para ser fuerte, para que nunca me sienta débil, para no rendirme, para sentirme orgullosa de mi misma, para quererme a mi misma, y para verme con tus ojos, esos que cuando me veo reflejada en ellos hace que me sienta bien, en paz, en calma.

No quiero ser más que nadie, no quiero seguir sintiéndome pequeñita, porque ahora sé que vale la pena luchar por nuestros sueños y que si no salen vale la pena equivocarse y levantarse, porque quiero liberarme y ser la dueña de mi vida, y que nadie tome decisiones por mí, ni siquiera esa pequeña voz que hoy hay en mi interior que me dice que no puedo hacer todas esas cosas, y que sé que un día acabará por extinguirse. Y cuando lo haga seré libre, pero además por el camino habré ganado a personas con las que siempre podré contar.

Por eso hazme un favor, cuando menos me quiera y menos te quiera, quiéreme tú más por favor, porque será cuando más lo necesite.

miércoles, 8 de marzo de 2017

No vales pero sabes que sí

Hace mucho tiempo que lo siento, y me he dado cuenta que no me pasa solo en la relación que tengo con mis padres que me parece que mi valor se mide con lo que saque con los estudios.
Me pasa también a nivel de amistad con otras personas con las que llevo años relacionandome, me parece que lo que yo les aporto nunca es demasiado bueno y entonces por eso siempre estoy como hiper agradecida por la poca muestra de atención que me puedan mostrar, y puede parecer a ojos de otros que me arrastro o mendigo por su cariño o soy una lameculos.
Sé que eso dice más de mi que de ellos, quiero decir que eso quiere decir que yo, no me valoro lo suficiente como para creer que tengo cosas geniales que aportar a las personas, si lo pienso racionalmente sé que las tengo, que se me da bien dar consejos, escuchar sus problemas e intentar solucionarlos, que soy una persona en la que pueden confiar, y que soy fiel, y muy protectora. Pero sino lo pienso racionalmente que es lo habitual que siento, porque al sentir no pienso pues  entonces es cuando me siento que no valgo lo suficiente como para que ellos se preocupen por mi, o me avisen de las cosas.
Sé que es algo que voy a cambiar, y que voy a aprender a valorarme a mi por encima de ello y de que lo que opinen otras personas.

miércoles, 11 de enero de 2017

Nunca es suficiente

A veces parece que nada es suficiente.

No se por qué a veces parece que nada es suficiente, parece que te da igual que por dentro esté como la mierda, que no sienta nada, que ya no sepa ni siquiera quién soy, y aún a pesar de todo lo que pasa por mi mente y por mí, me esfuerzo y me exijo más porque soy así. Me exijo ser perfecta, nunca es suficiente para mí, siempre están los podría haber estudiado más, podría haber hecho esto, podría haberme esforzado más, pero no puede entender como con algo como esto que es una lucha por la que he luchado siempre, y puedo reconocer que ha habido muchas veces que no me lo he tomado en serio, pero esta vez es la vez que más en serio me lo he tomado y no puedo comprender como dices que no hago un esfuerzo suficiente.

No entiendo como no puedes comprender, que yo ya de por sí, sin que tú me digas algo ya me encuentro mal y cuando lo hago sé que no debería hacerlo, pero en ese momento no lo pienso solo que sé que estoy mal y que mi única vía de escape es esa, y lo hago porque es la costumbre llego meses refrenando lo que desde hace más de 10 años ha sido algo habitual, creo que es bastante normal que después de tanto tiempo haciendo lo mismo, un día por no poder más la cague, sé que no me puedes comprender, porque simplemente te niegas a aceptar que es un pequeño bajón, porque para ti es retroceder al principio. No es el principio, si fuera el principio no me sentiría mal cuando lo hago, no lo reconocería, te mentiría como hice durante mucho tiempo, pero no, esta vez es de verdad y te cuento lo que pasa, pero aún así parece que no es suficiente para ti.

Y es que da igual lo que haga siempre será insuficiente para ti, siempre podría haber sacado mejor nota, podría haberme esforzado más, podría haber puesto más fuerza de voluntad.  Y lo que no sabes es que a mí todo eso me crea más exigencia en mi misma y en buscar más la perfección, porque al fin y al cabo es lo que siempre me pediste, nunca quisiste que fuera suficiente querías que fuera perfecta en todo lo que hiciera, y eso me ha llevado a ser insegura con cada cosa que hago, a creer que da igual lo que haga porque nunca será suficiente. 

Me gustaría simplemente que pudieras ponerte un día en mi cuerpo, en mi mente, y vieras desde mi posición todas las cosas que dices, y que vieras todos los pensamientos que pasan por mi mente cuando dices algo, y como me haces daño con cada una de las cosas que dices y aunque tú creas que lo haces para ayudarme en realidad no ayudan, porque lo único que hace es hundirme más.